Hablar de SAL es sinónimo de hablar de familia global, de solidaridad, de derechos y de futuro. Desde su origen en 1992, la ONGD se planteó como la extensión más social de la misión Menesiana.
Un recurso para poder llegar más allá de nuestras fronteras en la tarea de garantizar la dignidad y los Derechos Humanos de las personas, especialmente los colectivos más vulnerables en América Latina e Indonesia.
Y ahora, en 2022, cumplimos 30 años.
Un aniversario clave para la historia de SAL,que se celebra tras dos años especialmente complicados, tanto para la entidad como para el conjunto de nuestra sociedad y el mundo. La crisis de la COVID-19, que aún parece no haber llegado a su fin, nos ha dejado varias lecciones encima de la mesa. Si ya lo teníamos claro, ahora sabemos bien que, de una forma u otra, todos y todas estamos conectados. Que lo que hacemos en nuestro día a día tiene, en mayor o menor medida, un efecto global para todas las personas. Que juntos somos mejores y que la fuerza de la solidaridad no conoce límites, por otros 30 años más.
¡Feliz aniversario!
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